[Paz Martínez:] La vida de Josefina y Carlos es un torbellino desde el amanecer hasta el anochecer. Llevan casados 25 años y son padres de 3 hijos: repartidos entre sus trabajos y las responsabilidades familiares, cada minuto cuenta. 

Su hijo mayor, Luis, tiene síndrome de Down. Su camino por la educación y la inclusión ha sido una travesía de aprendizajes y nuevas perspectivas.

Como familia, Carlos y Josefina saben que el apoyo hacia un familiar con discapacidad intelectual es fundamental para su desarrollo y participación en la comunidad, por lo que decidieron enviar a Luis a un colegio con Programa de Inclusión Escolar o PIE.

Sin embargo, el paso de Luis por la educación básica y media no estuvo exento de complejidades: de hecho, asistió a tres colegios diferentes hasta que, finalmente, encontraron el apoyo que necesitaban.

Hoy en día Luis asiste a talleres de deporte y arte en ese establecimiento.

Los días son verdaderas maratones: Josefina corre contra el reloj para dejar a Luis en sus talleres, mientras Carlos toma el relevo al final de la tarde.

Todo esto sin descuidar el desempeño escolar de sus otros dos hijos: trasladándolos, supervisando sus tareas, sus estudios y asistiendo a las reuniones del colegio.

La entrega es total y llena de cariño. Pero, poco a poco, el cansancio se acumula, las horas de sueño se reducen y los momentos de ocio se desvanecen. 

Es aquí donde nos detenemos a pensar: 

¿Cuáles son esos desafíos que experimentan los familiares de personas con discapacidad Intelectual y/o condiciones del neurodesarrollo en su rol de cuidadores? ¿Cómo afecta el estrés y el agotamiento en su salud física y emocional? ¿Qué estrategias pueden utilizar para afrontar el cansancio y la falta de tiempo libre?

En definitiva: ¿cómo podemos cuidar a quienes cuidan? 

Si alguna vez te has sentido abrumado, emocionalmente agotado o has experimentado la intensidad de ser cuidadora o cuidador de un ser querido con Discapacidad Intelectual y/o condiciones del neurodesarrollo, este episodio es para ti. 

Soy Paz Martínez de Fundación ConTrabajo, y en este primer capítulo de ConInclusión te invito a que exploremos la importancia del bienestar integral de quienes cuidan.

Aprenderemos a reconocer el estrés, a prevenir sus efectos en el día a día y cómo encontrar un equilibrio para mantener nuestra calidad de vida. ¡Acompáñame en esta conversación a descubrir cómo cuidar a quienes cuidan! 

[Presentador:] Porque sabemos que la inclusión nos involucra a todos, este es un espacio con miradas reales, consejos prácticos y estrategias efectivas para mejorar la calidad de vida de nuestros seres queridos con Discapacidad Intelectual, condiciones del neurodesarrollo, y de quienes los rodean. 

Un lugar para entender mejor nuestras experiencias y descubrir juntos cómo hacer un camino más inclusivo y enriquecedor para todos. 

Aquí comienza ConInclusión, el podcast de Fundación ConTrabajo.

[Paz Martínez:] La vida de Josefina y Carlos se ha convertido en una rutina agotadora. Los fines de semana, en lugar de disfrutar de sus pasatiempos, optan por dormir durante todo el día, dejando de lado cualquier posibilidad de disfrutar de sus actividades favoritas. Josefina solía pintar cuadros y participar en talleres con su grupo de amigos, mientras que Carlos acostumbraba a hacer deporte en las mañanas.

Además, como pareja, solían reunirse con amigos los fines de semana para compartir momentos agradables y conversar sobre sus vidas. Pero últimamente han estado demasiado agotados, y estos encuentros han quedado en el olvido. Incluso han tenido dificultades para pasar tiempo juntos como pareja. Definitivamente el estrés y la falta de tiempo para sí mismos han comenzado a afectar su calidad de vida.

Solemos describir estas situaciones como “estrés”. Pero, ¿qué es el estrés y cómo afecta a las personas?

El estrés es una respuesta adaptativa, un mecanismo que nos prepara para afrontar desafíos. Pero cuando estas dificultades se prolongan en el tiempo y existe una sobrecarga de situaciones que requieren que estemos en un estado de alerta constante, se da inicio a una fase de agotamiento en donde se reducen nuestras capacidades, afectando la calidad de vida. 

El estrés puede manifestarse de muchas maneras: Crisis de pánico, dolor de cabeza, molestias gástricas, dificultades en la concentración, tensión y dolor muscular, variaciones en el apetito, aumento en el consumo de sustancias, fatiga, dificultades para dormir, irritabilidad y baja en las defensas, son algunos de los síntomas físicos que impactan tanto en el cuerpo como en la mente de las personas.

Hace unas semanas, la vida de Josefina tomó un giro inesperado. Agobiada por el peso de sus responsabilidades y el desgaste silencioso de su salud, se encontró en un cruce de caminos. Su cuerpo, constantemente invadido por tics nerviosos y problemas de la piel, se convirtió en un mapa de las batallas internas que enfrenta día a día. 

Al obtener su licencia médica, Josefina no solo se vio ante la evidencia palpable de su agotamiento, sino que también se convirtió en el reflejo de una realidad muchas veces ignorada: la carga que tantas veces recae sobre quienes, con tanta dedicación y amor, cuidan a otros. En este momento de pausa forzada, su cuerpo y su mente piden a gritos un respiro, una oportunidad para sanar y encontrar de nuevo su equilibrio.

¿Qué hace que el autocuidado sea tan importante? 

El cuidar de alguien, aún cuando se hace con amor, implica dedicar nuestro tiempo y energía personal.

Es por esto que al reservar tiempo para cuidar de nosotros mismos, nos preparamos mejor para enfrentar el estrés y la presión, lo que nos ayuda a tomar decisiones más acertadas. Y no sólo eso: el autocuidado también fortalece nuestras relaciones con nuestros seres queridos, creando un ambiente más positivo y fomentando la vida en comunidad. Además, al sentirnos mejor con nosotros mismos aprendemos a valorar cada pequeña acción que realizamos. 

 El autocuidado contribuye a una mejor salud y a obtener una dosis diaria de energía renovada, lo que nos capacita para enfrentar los errores y las situaciones difíciles con mayor eficacia. Por todas estas razones es que cuidar de nosotros mismos es fundamental para poder cuidar a los demás.

Veamos entonces algunos consejos para trabajar el autocuidado. 

 Primero que todo, identifica tus emociones y sé amable contigo mismo. No olvides que haces lo mejor que puedes.  Observa tus emociones con cariño, pues son el reflejo de lo que estás viviendo. Si estás experimentando rabia, agobio, temor o culpa, acoger esas emociones y pensamientos te permitirá poner atención a la situación que provoca malestar, y con ello podrás evaluar si hay alguna posibilidad de cambio o de tomar decisiones diferentes a las que has tomado hasta ahora.

Por otra parte, el autocuidado también es acción.  Es hablar, compartir, es reconocer que necesitamos apoyo y permitirnos recibirlo. Es redescubrir que cada miembro de la familia es parte de un engranaje; y que juntos, en armonía, la carga es más ligera. 

Por eso, también es importante que generes redes de apoyo, ya sea a nivel personal, municipal o a través de grupos, para poder sobrellevar en compañía de otros esas situaciones que pueden superarte como cuidadora o cuidador. 

Planificar actividades junto a tus seres queridos y buscar apoyo es vital, así como mantener espacios donde puedas relajarte y simplemente ser tú misma o mismo. 

 Pero también es igualmente esencial para tu bienestar retomar aquellos hobbies que te apasionan y realizar actividades que sean de tu gusto, como Josefina con la pintura y Carlos con el deporte. Cultivar un espacio para estos gustos personales te permitirá equilibrar las responsabilidades con momentos de disfrute.

Pongamos en práctica estos aprendizajes. Abramos diálogos, creemos redes, compartamos responsabilidades. Sobre todo, démosle una prioridad a nuestro bienestar personal, para poder seguir cuidando de los que amamos en las mejores condiciones posibles. Recuerda que cuidar de uno mismo es también cuidar de quienes más queremos.

En Fundación ConTrabajo, cada paso que damos es un paso hacia ti, hacia la inclusión y el entendimiento mutuo. Soy Paz Martínez y espero que nos reencontremos en un próximo episodio de ConInclusión para seguir tejiendo redes y construyendo puentes hacia un mundo más inclusivo: un lugar donde cada persona, con sus talentos y sus desafíos personales, encuentre su lugar y bienestar.

Y si te ha gustado este episodio, asegúrate de suscribirte y compartirlo, porque el cambio lo hacemos juntos! ¡Hasta la próxima!

[Presentador:] Esto ha sido ConInclusión, una iniciativa de Fundación ConTrabajo para la Inclusión Laboral de Personas con discapacidad intelectual y/o condiciones del neurodesarrollo. Recuerda seguirnos en Facebook, Instagram y LinkedIn para estar al día con todas nuestras novedades. Visita también nuestro sitio web fundacioncontrabajo.cl, donde encontrarás un blog lleno de contenido especializado y recursos sobre inclusión. 

La Inclusión Laboral no es el fin, sino que es el medio para incluir en la sociedad a las Personas con Discapacidad. ¡Juntos, marcamos la diferencia!