Breve guía para referirse a las personas con discapacidad

La discapacidad es una realidad que siempre ha existido, si bien antes se la nombraba de distintas maneras. Lamentablemente, muchas de las maneras para nombrar la discapacidad fueron fruto de la ignorancia y la incomprensión. De este modo, hemos heredado un vocabulario que puede ser incorrecto, impreciso u ofensivo para las personas que experimentan discapacidad.

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A veces, el problema se origina en un intento de «suavizar» la realidad de la persona con discapacidad. Es lo que sucede cuando alguien emplea diminutivos («cieguito», «enfermito»), o señala que la persona tiene «capacidades diferentes». Si bien puede haber una buena intención detrás, el resultado es la infantilización o menoscabo de la persona a la que se refiere. Entonces,

¿Cómo hablar sobre la discapacidad?

Antes que nada, es necesario recalcar que no existe una única manera correcta para referirse a las personas con discapacidad. El contexto (formal o informal) puede influir en la opción lingüística que se elija. En ocasiones, una persona con discapacidad puede tener una preferencia individual de un término por sobre otro. Lo importante es aspirar a un término preciso y sin connotaciones adicionales.

Las personas primero

Persona con discapacidad es la nomenclatura utilizada por la Convención sobre Derechos de personas con Discapacidad (CDPD),tratado internacional de derechos humanos de las Naciones Unidas. Este término tiene la ventaja de ser utilizada globalmente por la Convención, instrumento rector en 175 países y vinculante para países ratificantes (entre ellos, Chile).

Persona en situación de discapacidad fue propuesto por el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis 2014) en su Manual de Uso Correcto del Lenguaje [1]

Estos son los dos términos generales aceptables. Puede parecer engorroso anteponer la palabra «persona», pero opciones como «discapacitado» tienen la connotación de que la capacidad es algo intrínseco que define a la persona. Por el contrario, la CDPD define la discapacidad como

el resultado de la interacción de los déficits de las personas con las barreras del contexto, ya sean físicas o de la actitud

Por lo tanto, la discapacidad se da por el contexto, y no define a la persona que la experimenta.

Otros términos adecuados

• Persona con discapacidad visual o ciega o con baja visión
• Persona con discapacidad auditiva o sordo (no es correcto sordomudo)
• Persona con discapacidad física o movilidad reducida (no es correcto minusválido o lisiado)
• Persona con discapacidad intelectual o cognitiva (no es correcto retrasado o enfermo mental)
• Persona con discapacidad psíquica (no es correcto loco o demente)
• Persona con trastorno del espectro autista o discapacidad del desarrollo

¿Por qué no es correcto decir sordomudo?

Las personas sordas no son necesariamente mudas, sino que la mayoría de las veces pueden adquirir una lengua oral. Otra cosa es que efectivamente no la adquieran, pero esto no se considera mudez.

¿Por qué no es correcto decir minusválido?

No hace falta saber latín para darse cuenta que «minusválido» viene de minus (es decir, ‘menos’) y válido. Emplear este término literalmente significa decir que la persona tiene menos valor . Lo mismo sucede con inválido.

¿Por qué no es correcto decir retraso mental?

Llamar a una persona con discapacidad intelectual «retrasado» o «retardado» tiene la connotación de que de alguna manera son personas incompletas. Hablar de retraso mental contribuye a la infantilización de las personas con este tipo de discapacidad, puesto que siempre están «atrás» de lo que supuestamente «debiesen» estar. Al contrario, las personas con discapacidad intelectual son personas plenas, y como tales, sujetos de derechos.

¿Por qué no es correcto decir enfermo?

La discapacidad y la enfermedad son cosas totalmente distintas. Antiguamente predominaba la idea de que la discapacidad es un asunto de salud, y que las personas con discapacidad no estaban «sanas». Al contrario, las personas con discapacidad están en su mayoría perfectamente sanas, y su discapacidad solo surge cuando las barreras de contexto impiden su inclusión plena en igualdad de oportunidades.

Las enfermedades mentales (o trastornos de salud mental) existen, pero son distintas a la discapacidad intelectual. El trastorno de ansiedad, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo-compulsivo, son todas enfermedades mentales. El Síndrome de Down, no.

Revisa aquí los distintos tipos de discapacidad

Modos incorrectos de hablar sobre la discapacidad

• Hablar de personas/capacidades/necesidades especiales o diferentes. Estos términos enfatizan una diferencia, en lugar de afirmar la igualdad fundamental de todas las personas.
• Referirse a la discapacidad como si fuera enfermedad. Como ya mencionamos, a diferencia de la enfermedad, la discapacidad no es una ausencia de salud.
• Expresarse de manera genérica: «los Down», «los autistas». No se debe negar a las personas con discapacidad de su individualidad.
• Expresarse con diminutivos o eufemismos, como «cieguito», «enfermito». Ya mencionamos como estos términos connotan la idea de infancia permanente.

Esta de más decir que emplear el lenguaje de la discapacidad para insultar o hablar negativamente de una persona que no la experimenta es una práctica tremendamente ofensiva. Pero además, banalizar y emplear la discapacidad peyorativamente o como broma perpetúa muchos prejuicios respecto a las personas que sí viven con esa discapacidad. Esto es especialmente cierto para las personas cuya discapacidad tiene origen en un déficit psíquico o intelectual. Es tarea de todos educarnos y educar a los demás en el respeto e igualdad en el trato a las personas con discapacidad.

[1] Aquí puedes revisar las recomendaciones actualizadas del Senadis.