¿El apagón complicó tu día? ¿Te imaginas vivir con esas dificultades a diario?
De repente, lo cotidiano se volvió inaccesible, y todos enfrentamos barreras inesperadas. Pero… ¿te has puesto a pensar que esta experiencia es la realidad diaria de muchas personas con discapacidad?

¿Qué reveló el apagón sobre la accesibilidad y la discapacidad? Descubre las barreras invisibles que quedaron al descubierto.
¿Qué pasó con el apagón?
Respondiendo a la canción de Yuri, lo que sucedió con el apagón de este 24 de febrero, fue que la mayoría de nosotros nos vimos forzados a detener nuestras actividades.
Un masivo corte de luz afectó prácticamente a todo Chile, dejando a un 80% de la población a oscuras durante al menos seis horas. Sin electricidad, los espacios funcionales se transformaron en entornos inoperantes:
- Espacios de trabajo inactivos: Sin herramientas digitales ni iluminación adecuada, la productividad se desplomó.
- Movilidad limitada: El metro dejó de funcionar y las micros iban llenas a más no poder. Si no alcanzabas a entrar, simplemente te quedabas varado.
- Compras y servicios inaccesibles: Sin sistemas de pago electrónicos, tener dinero no servía de mucho. Muchos negocios cerraron temprano, dejando a la gente sin acceso a bienes esenciales.
¿Te sentiste frustrado? ¿Impotente? Esa sensación de exclusión temporal expuso una realidad que enfrentan diariamente las personas con discapacidad.
La discapacidad no está en la persona, sino en el entorno
Quizás pienses que la discapacidad es solo una cuestión de limitaciones físicas o sensoriales, pero no es tan simple.
Según el modelo social de la discapacidad, esta no está en la persona, sino en la interacción con un entorno que no se adapta a sus necesidades.
¿Te imaginas cómo sería tu día si no pudieras usar un cajero automático porque no sabes lo que dice en pantalla? ¿O si llegaras hasta tu transporte y te dieras cuenta de que no puedes subir porque no hay rampa ni ascensor? Durante el corte masivo de luz, muchos experimentamos una pequeña parte de esa exclusión.

Barreras invisibles en lo cotidiano: Más allá del corte de luz
Trabajo: Productividad en desigualdad de condiciones
Sin electricidad, muchos tuvieron que abandonar sus trabajos antes de tiempo. Pero para quienes viven con alguna discapacidad, las barreras laborales no son solo algo temporal.
El 19,5% de las personas con discapacidad perciben dificultades en sus espacios laborales, comparado con solo el 3,4% de las personas sin discapacidad. (III Estudio Nacional de Discapacidad 2022 (2023), SENADIS)
Esto no solo limita oportunidades laborales, sino que también afecta el bienestar y la independencia económica. ¿Te imaginas no poder usar el computador porque el software no es compatible con lectores de pantalla? ¿O no poder participar en reuniones porque no hay subtítulos ni intérpretes? Para muchos, estas limitaciones son parte de su día a día.
Espacios públicos: Pero no para todos
Sin semáforos funcionando, cruzar las calles se convirtió en una tarea peligrosa. Además, las veredas plagadas de gente dificultaron el tránsito y caminar grandes distancias fue necesario ante la falta de transporte.
Pero incluso en un día normal, el 36% de las personas con discapacidad enfrenta barreras en espacios públicos, en contraste con solo el 6% de las personas sin discapacidad. (III Estudio Nacional de Discapacidad 2022 (2023), SENADIS)
Imagina no poder cruzar con seguridad porque no hay señales auditivas en los semáforos, o no poder moverte con comodidad porque las veredas no son lo suficientemente anchas. La accesibilidad en espacios públicos no se trata solo de rampas, sino de garantizar que todos puedan moverse con libertad y seguridad.
Transporte Público: Una ruta llena de obstáculos
Sin metro funcionando, las micros se atestaron de gente, dejando a muchos sin posibilidad de subir.
El 50% de las personas con discapacidad percibe barreras al usar el transporte público, mientras que solo el 10% de quienes no tienen discapacidad experimentan estas dificultades. (III Estudio Nacional de Discapacidad 2022 (2023), SENADIS)
Imagina llegar a un medio de transporte y darte cuenta de que no puedes subir porque no hay rampa ni ascensor. Para muchos, el simple hecho de trasladarse por la ciudad implica enfrentar barreras constantes, independientemente de que haya o no un apagón.
Vivienda: Un espacio que también puede excluir
Al llegar a casa, la falta de electricidad dejó fuera de servicio a los ascensores, afectando a quienes los necesitaban para subir o bajar. Sin luz, muchas personas también enfrentaron dificultades para moverse con seguridad dentro de sus hogares.
Pero en la vida diaria, el 15,4% de las personas con discapacidad perciben barreras en sus propios hogares, en contraste con el 1,9% de las personas sin discapacidad. (III Estudio Nacional de Discapacidad 2022 (2023), SENADIS)
Estas dificultades no se limitan a la movilidad: pueden incluir problemas para usar la cocina o el baño debido a la altura de los muebles, o falta de dispositivos de seguridad y señalización accesible. La vivienda debería ser un lugar de comodidad y seguridad, pero para muchas personas se convierte en un espacio lleno de obstáculos.
¿Qué podemos aprender del apagón?
El corte de luz masivo reveló cómo, ante un cambio inesperado, un entorno mal diseñado puede excluir a cualquiera.
Esta experiencia temporal nos ayuda a entender que la accesibilidad no es solo una cuestión de rampas o baños adaptados, sino de crear espacios y servicios pensados para todos.
Reflexionemos juntos: ¿Cómo podemos hacer un cambio?
Imagina un mundo donde la tecnología, el transporte y los servicios sean inclusivos para todos, sin importar sus capacidades. ¿Qué pequeños cambios podrías implementar en tu entorno laboral o en tu comunidad? ¿Cómo podrías contribuir a un diseño más inclusivo?
Conclusión: La accesibilidad es un derecho, no un privilegio
El apagón fue solo un evento temporal para la mayoría de nosotros, pero reflejó la exclusión diaria que enfrentan las personas con discapacidad.
Al entender que la discapacidad no reside en la persona, sino en un entorno que no se adapta, podemos empezar a construir una sociedad más justa e inclusiva.
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